Entre los mayores usuarios de los blogs podemos ubicar a los conferencistas españoles provenientes de agencia conferenciantes y es una manera de mantenerse interconectados de la misma manera como lo hacen el resto de los seres humanos durante de la primera década del siglo xxi, pues el mundo se convirtió en algo bastante complejo, difícil, sorprendente, angustiante e incierto.
Aun cuando llegamos a compartir con aquellos que nos anteceden los límites propios de nuestra condición humana, también hay que considerar que existe un aspecto que nos distingue de los seres humanos durante todas las épocas anteriores: esa capacidad ambigua al informarnos, comunicarnos y entretenernos mediante diferentes dispositivos de teleinformación, como es el caso de Mario alonso puig imparte conferencias.
Desde la Revolución Industrial se ha venido experimentando un proceso científico acelerado, el mismo ha sido paralelo a las distintas transformaciones políticas y culturales que se vinculan a los ajustes que, desde desde un punto de vista local, regional, nacional, continental e intercontinental, han acompañado la expansión de la economía de mercado y también al desarrollo del capitalismo, mismo que en la actualidad se conoce como fase neoliberal, es decir, un tipo de capitalismo que se identifica como cultural, informacional o de ficción que además tiene como su centro neurálgico a la sociedad de hiperconsumo y del entretenimiento, en donde Emilio duro ofrece conferencias en las que habla al respecto.
Aparte de que en algunos países ha logrado que se beneficiaran de la invención y la manufactura, y demasía de la distribución y comercialización a nivel mundial de diversas tecnologías, y también de transporte, producción, comunicación, sanación y de guerra, siendo estos productos simbólicos, aunque debido al efecto mariposa se hizo posible que en tan solo unas décadas llegaran a mutar de forma considerable, incluyendo nuestras formas de informarnos, comunicarnos, trabajar y disfrutar, educarnos y relacionarnos, de percibir e imaginarnos, lo que ha dado pie a novedosas maneras de esquilmar, colonizar, vigilar, castigar, ejercer violencia, controlar, segregar, dominar y censurar.
El cambio tecno-cultural y sus paradojas
Desarrollándose a la par de revoluciones científicas que son sorprendentes y también a cierto auge democratizador que se relaciona con los procesos paradójicos de la modernización económica, política y cultural, durante los últimos años un número desconocido de tecnologías han sido incorporadas de forma veloz a las diversas esferas de lo humano, alterando en diferentes niveles, ritmos y sentidos del espacio-tiempo que hemos venido habitando.
Ahí se genera la metamorfosis que han experimentado el ámbito laboral, educativo, político, familiar, bélico, artístico, médico, recreativo y social, hasta verse devorado todo aquello que es trascendental, pero además perturbando drásticamente nuestra tecno-percepción del mundo; inevitablemente trastocando el sensorium e incorporando lo global-intercultural como parte de esa experiencia cotidiana que viven millones de personas.
Una creciente aleación e interdependencia entre las máquinas y los cerebros y las máquinas digitales de información y comunicación, así como la profetizada configuración de la macluhiana aldea global en compañía del despliegue de una compleja estructura social en red, han de ser la gran evidencia de la intespectiva transición de un desgastado tipo de sociedad a otra, de un súbito cruce de una época a otra incluyendo todas sus formas a través del curso de la historia.
Este ha sido un aluvión de revoluciones y transformaciones que en su mayoría han sido tuteladas desde la racionalidad bélica y mercantil que, sin importar si nos gusta o no, con el paso del tiempo, la variación de los procesos de producción-consumo, en compañía de la cínica expansión del pragmatismo neoliberal.
Todo ello se encargó de acelerar el desdibujamiento mas no, la desaparición en su totalidad y desterritorialización de la sociedad industrial de la que vale destacar, esta vinculada a políticas públicas, movimientos y derechos laborales durante décadas sustentando a los Estados-nacionales, instaurando como consecuencia de una economía desarraigada de interconexiones electrónicas y al despliegue de la reinante economía de la atención y el acceso al orden global de la información actual.
Ese orden global tan paradójico y que además es generador simultáneo de beneficios y maleficios y que ha sido desplegado tomando como bandera la libertad comercial y también la de los consumidores, configurado mediante la concentración de los conglomerados telemediáticos de la comunicación y la cultura, que casi en su totalidad ha embestido a todas las naciones del mundo.
La tecno-utopía y el orden global de la información
De una manera estratégica posicionado geo-estratégicamente encima del mapa del sistema económico mundial, el arribo del orden global de la información en conjunto con la sociedad que él mismo ha impulsado, se ha denominado por los conocedores del tema de diferentes maneras: sociedad post-industrial, sociedad posmoderna, sociedad mediática, sociedad de la información, sociedad del conocimiento, sociedad en red, ciber-sociedad, sociedad del saber, sociedad del aprendizaje, sociedad de las organizaciones, sociedad del riesgo, sociedad del hiperconsumo, sociedad de la modernidad líquida, y un extenso etcétera.
Hasta el momento, éstas junto a otras más han de ser las expresiones y los neologismos que desde distintos ámbitos, ópticas y geografías se han venido acuñando con la finalidad de designar al sorprendente, hostil y ambiguo mundo donde estamos viviendo. No obstante, y sin tomar en consideración las imbricaciones teóricas, confusiones conceptuales y sutiles diferencias entre todas ellas, es de suma importancia resaltar que, en gran medida dichas acepciones, resplandecen en el fondo de forma intacta y fulgurante, en medio de una tecno-utopía contra la que debemos vacunarnos.
Sostenida de una forma mesiánica y sobre la idea de que el saber que es formalizador en referencia a la ciencia tarde o temprano llegará a domesticar a todos los enigmas que se han producido en el mundo físico por lo que será capaz de gobernar su incertidumbre, pero además llega a estar segura de que la liberalizada economía de mercado es la que mejor garantiza el desarrollo de la sociedad y la producción/neo-diseminación de las novedades técnicas, resulta de gran importancia llegar a reconocer que la tecno-utopía que se ocupa de nutrir el orden global de la información ha sido construida a partir de un ciego y quimérico redentorismo tecnológico.